PLAZA DE LA LIBERTAD

Coordenadas: 40°57’57″N 5°39’53″W

Como muchos otros parques y jardines salmantinos la actual Plaza de la Libertad tiene su origen en la huerta de un convento. Concretamente, del Convento de San Elías de los Carmelitas Descalzos. De los edificios que construyó la Orden establecida en la ciudad desde 1581, únicamente se conserva en la zona la Iglesia del Carmen, a la que se accede por la Plaza de los Bandos. Este espacio verde fue donado al Ayuntamiento en 1842 y en la actualidad aún conserva elementos propios de las plazas y parque público típicos del S. XIX, como su distribución simétrica que combina árboles exóticos, como las palmeras, con borde de setos cuidados y parterres de flores.

 Tejo (Taxus baccata)

Al caminar por este pequeño parque encontraremos en uno de sus laterales un espectacular Tejo (Taxus baccata). A pesar de que el árbol rompe la organización simétrica de la Plaza los jardineros han respetado su ubicación, quizás para que se convierta en testigo centenario de la evolución de este rincón salmantino.

El Tejo común es una conífera de hoja perenne, de tamaño medio, y crecimiento lento pero muy longevo. En condiciones adecuadas los tejos viven de media unos 500 años, aunque existen ejemplares con más de 2.000 años de antigüedad.

Se trata de árboles que pueden alcanzar los 20 metros de altura y cuya madera, anaranjada fue muy apreciada durante el Medievo, por su dureza y elasticidad. Estas características la hacían especialmente adecuada para la construcción de arcos y flechas, lo que supuso la sobreexplotación de estos árboles en algunas regiones de Europa, como las Islas Británicas, donde llegaron prácticamente a extinguirse.

Para la cultura Celta, el Tejo está asociado a la eternidad y a la espiritualidad y formaba parte de numerosas ceremonias y ritos religiosos. Una simbología que caló también en el cristianismo convirtiendo al Tejo en vecino habitual de iglesias y cementerios.

Pero el Tejo es también una especie muy venenosa. Se estima que entre 50 y 100 gr. de hojas de Tejo pueden provocar la muerte de un adulto, debido a que tanto éstas como su corteza contienen taxina, un alcaloide extremadamente tóxico.

Sin embargo, en 1967 investigadores estadounidenses descubrieron que algunos de los compuestos presentes en la corteza del Tejo poseían propiedades muy útiles para combatir una de las enfermedades más presentes en nuestras sociedades modernas.

¿Sabrías decirnos a qué enfermedad nos referimos?